- En fiestas patrias una triste tradición es la cantidad de accidentes de tránsito que ocurren, donde el consumo de alcohol y otras drogas representa un factor de riesgo predominante.
- La Fundación San Carlos de Maipo entrega consejos para evitar el desarrollo de conductas de riesgo en Niños, Niñas y Adolescentes.
En 2023, las Fiestas Patrias dejaron 25 fallecidos y 829 accidentes de tránsito. Se arrestaron a 393 personas por conducir ebrio y a 137 bajo la influencia del alcohol. En 2024, la situación fue aún más grave: 48 fallecidos, más de 1,200 accidentes y casi 300 detenidos por conducir en estado de ebriedad. Sin embargo, «uno de cada tres chilenos considera socialmente aceptable conducir bajo los efectos del alcohol», según la Asociación Pro Consumo Responsable de Bebidas Espirituosas (Aprocor).
Por otro lado, un informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) destacó que los adolescentes son el segmento que presenta mayor consumo de alcohol en el país: el 57,8% de los adolescentes chilenos de entre 15 y 19 años se consideran a si mismos como bebedores recurrentes y, de ellos, al menos a 1 de 4 personas (28%) ha experimentado algún evento de alta ingesta de alcohol.
“El descontrol en el consumo de alcohol evidentemente tiene consecuencias negativas para la salud de las personas, no sólo por los accidentes mencionados, sino también por su relación con las conductas violentas y otros hechos delictivos De ahí la importancia por prevenir conductas problemáticas en Niños, Niñas y Adolescentes (NNA)”, señala Raúl Perry, gerente de programas de Fundación San Carlos de Maipo. Entidad que lleva ya más de 10 años trabajando en el concepto de la prevención, entendida como el abordaje sistemático de los factores de riesgo y protectores que explican el desarrollo de comportamientos complejos durante el desarrollo de los NNA como el consumo excesivo de alcohol y drogas, la violencia, la delincuencia, la ansiedad o la depresión.
Desde su experiencia la Fundación entrega algunas recomendaciones previas a las fiestas:
- Monitorear la conducta de nuestros niños, niñas y adolescentes: involucrarnos en lo que hacen, con quienes comparten, en sus intereses y gustos, es algo que podemos hacer en estos días. Entender cómo pretenden celebrar les hará ver que para nosotros son importantes, y que estaremos atentos a sus conductas.
- Plantear claramente nuestras expectativas: ¿les hemos hecho ver que queremos que se cuiden estos días, que no nos da lo mismo que beban en exceso o que consuman drogas? Puede parecer obvio, pero está más que documentado en la evidencia nacional e internacional que las conductas no deseadas tienen mucho que ver con expectativas poco claras de conducta por parte de sus cuidadores. Es importante transmitirles a nuestros adolescentes, de manera positiva, lo que esperamos de ellos. Esto les permite considerar diferentes puntos de vista, sentirse más seguros y capaces y tomar decisiones menos impulsivas.
- Transmitirles información relevante y fidedigna: el exceso de información puede ser confuso, sobre todos para los adolescentes que están expuestos a un gran flujo de ésta por diferentes medios. Los padres y cuidadores debemos darnos el tiempo de poder encontrar la información adecuada, y real para informarles, sobre todo bajo este contexto de pandemia, tan desconocido para todos. La entrega de información y la comunicación de expectativas van de la mano y son un gran aporte en las decisiones que tomen los adolescentes frente a las diferentes situaciones a las que se enfrentan hoy en día.
- Hablar con ellos desde nuestro sentir y no desde nuestro juicio: nuestros adolescentes escuchan y entienden de mejor manera cuando les decimos qué es lo sentimos con sus conductas, qué nos pasa a nosotros con sus reacciones. El miedo, la pena, la preocupación y el cansancio, son emociones legítimas que viven los padres, madres y cuidadores. Estas emociones son posibles y necesarias de expresárselas a ellos, ya que abre una puerta que les permite empatizar con nosotros, generar una conversación y evitar los juicios de valor que normalmente parten con la expresión “Tu eres de una determinada forma”. Cuando hablamos desde el juicio, no les permitimos conectar con nosotros y esto solo asienta los juicios que ellos puedan tener de nosotros y de ellos mismos. Será mucho más poderoso decirle a nuestros hijos “Tengo miedo que te pase algo”, que decirle “Eres un descuidado, algo malo te va a pasar”.
- Debemos terminar con un mito. Los padres, madres y cuidadores deben invitar a sus NNAs a postergar el consumo de alcohol todo más posible. Es un mito que son los cuidadores los que deben enseñarle a tomar a los adolescentes, la evidencia internacional es más que concluyente para mostrarnos que los adolescentes que son introducidos al alcohol por sus cuidadores tienen mayor riesgo de tomar fuera de la compañía de sus padres y de tomar en exceso que quienes reciben el mensaje claro de sus padres de no beber. Está en nuestras manos como adultos responsables darles un mensaje claro de dónde están los riesgos y cuáles son las conductas que realmente nos permitirán celebrar en estas fiestas.