VILLARRICA.- La poeta y académica María Isabel Lara Millapan, perteneciente al pueblo mapuche, integrará el jurado para la elección del Premio Nacional de Literatura de este año. La profesora del campus Villarrica UC declara: «Es hora de reconocer nuestra plurinacionalidad, pues así se construye el mundo. Lo normal es la diversidad de miradas y en la literatura está presente ese mundo”.
Dice la poeta María Isabel Lara Millapan que «la literatura es una manifestación de la realidad, la más profunda y humana que comienza su camino en el alma, observa y expone con belleza aunque se trate del dolor”. La académica del campus Villarrica UC ha dedicado gran parte de sus 40 años de vida a escribir, leer y enseñar a otros. Para ella, la literatura es una demanda y «muchas veces una denuncia. La literatura viene a hacer visible estas imágenes para crear consciencia y siento que ese es su rol”, sostiene.
Esa sensibilidad y profundidad de pensamiento de María Lara se ha visto reflejada en su obra y también en su forma de enseñar. Por ese motivo, la comunidad UC y, especialmente, la de su campus situado en la ciudad de Villarrica, recibió con orgullo la noticia de que este año ella integrará el jurado para la elección del Premio Nacional de Literatura. Es primera vez que una persona de un pueblo originario chileno es parte de este jurado.
María expresa que cuando le comunicaron este nombramiento sintió un gran reconocimiento y responsabilidad. «Me han dicho que soy la primera mapuche que participa en esta definición, lo que me alegra mucho porque es hora de reconocer nuestra plurinacionalidad, pues así se construye el mundo. Lo normal es la diversidad de miradas y en la literatura está presente ese mundo”.
«En su versión 2020, participarán la ensayista Adriana Valdés y la poeta María Isabel Lara. Hay que destacar la relevancia de este hecho. Si las agregamos a la Ministra Consuelo Valdés y a la ganadora de la versión 2018, Diamela Eltit, en el jurado habrá una mayoría de mujeres y una de ellas representa además la mirada del pueblo originario más numeroso y relevante en la historia de Chile. Es entonces una triple reivindicación: de los pares, que tienen representantes; de las mujeres, que han sido una minoría tanto en la elección del premio como entre quienes lo han recibido; y de los pueblos originarios, que pueden aportar con su punto de vista a un premio tan importante para la literatura chilena y la formulación de su canon”, destaca Rodrigo Pinto, crítico literario.
Pinto agrega que recién desde el 2018 se decretó que en este jurado debía haber dos autores destacados de la literatura chilena. «Era una demanda expresada desde hace mucho tiempo por los escritores, que demandaban una mayor participación de sus pares en el premio”, asevera.
Las cualidades literarias de María Lara Millapan
María Isabel realizó su pregrado en pedagogía en el campus Villarrica, y una vez que se tituló como licenciada en Ciencias de la Educación por la UC, obtuvo también el magíster y doctorado en Didáctica de la lengua y literatura por la Universidad Autónoma de Barcelona.
Empezó a escribir poemas en cuarto medio y lo fue reforzando en la universidad. A la fecha en total ha publicado tres libros de poesía, uno testimonial y otro educativo, además de un disco de poemas. Además de sus libros de poesía, es coautora de un libro para preservar la lengua mapuche titulado Kimün.
En relación con la literatura y su rol en nuestro país, Lara Millapan reflexiona: «Es saber exponer desde una plena consciencia para instalarse en el alma del otro ser, permitiendo en este, un cambio de paradigma que le permita sostener un mundo mejor. Nuestra literatura debe ser diversa, así como sus voces, sus lenguas, sus historias y tiene que ofrecer una apertura para comprender diversas miradas».
«Para el lector, la literatura le viene a pedir su tiempo, como una posibilidad para seguir creciendo. El arte en sí mismo permite que el ser humano se posicione desde una mirada más plena, cerquita del alma y de los sentimientos, lo que permite sanar, especialmente ahora cuando la enfermedad y el miedo quieren ocupar más espacios», recalca la poeta.