Cuando uno toma la decisión de levantarse e ir a votar para una elección cualquiera sea, es porque existe una motivación o un propósito, y en ese sentido, para la mayoría de las personas el propósito responde a elegir un candidato que nos represente y que ponga en conocimiento nuestras demandas, necesidades e incluso sueños. En el último tiempo hemos podido presenciar cómo se han burlado estos intereses y propósitos, especialmente por aquellos que han sido electos para legislar y así: mejorar procesos, fortalecer la democracia, solucionar problemáticas sociales, construir un mejor país y una sociedad con más oportunidades, en fin. Pero de esto la verdad es que poco hemos visto, la verdadera evidencia es que nuestros parlamentarios no están respondiendo a la ciudadanía a quien deben rendir la mayor de sus cuentas, sino por el contrario, están respondiendo exclusivamente a un partido, a una coalición e inclusive a un mandato del Presidente de turno o del líder de la oposición. ¿Dónde quedan los ciudadanos?, ¿dónde quedan los intereses de los jóvenes, de los adultos mayores, de la clase media? La respuesta es sencilla, en una simple promesa de campaña.
Citar al Ex Ministro Peñailillo hoy en día puede ser solo para temas fraudulentos e investigados por la justicia, pero quiero recordar que el único logro que se le reconoce a la ex autoridad es la Eliminación del Sistema Binominal cuyo reemplazo es uno más “inclusivo” donde todas las fuerzas políticas tengan más cabida en el parlamento, pero aquí es donde aparece algo que sería como un chiste de mal gusto, el aumento de 12 senadores y 35 diputados con un costo asociado en aproximadamente 93 mil millones de pesos extras, es decir, cifras abismantes considerando la calidad de nuestro parlamento, los escándalos éticos, gestiones deficitarias, viáticos indebidamente cobrados, etc. Con estos montos supuestamente que irían en función de mejorar y fortalecer nuestra democracia se podrían financiar un sinfín de obras pendientes y otras medidas que llevan años durmiendo en el congreso. A lo anterior, podemos sumarle que los distritos (representados por diputados) y las circunscripciones (representadas por senadores) serán más extensos en territorios y electores lo que sin duda alguna contribuiría a un mayor distanciamiento con el candidato electo, es decir, si ahora no vemos a un Senador excepto en campaña o en inauguraciones, lo más probable es que próximamente sólo lo vea por TV o en una paloma. Ahora si bien, el tema que tratamos tuvo su peak hace varios meses, hoy más que nunca, al ver lo que ocurre con el proyecto de la carrera docente, lo que está ocurriendo con la economía, la delincuencia, entre otros. Podemos decir y reafirmar que
mayor cantidad no significará mayor calidad, hoy tenemos 38 senadores y 120 diputados, por tanto, lo que si realmente se necesitan son buenos parlamentarios, como esos de antaño, como esos con vocación, como esos con ética y compromiso, como esos que pareciera costara infinitamente encontrar y como esos donde no importaba el partido que representaban simplemente importaba la persona. Existen buenos, pero pocos.
Si queremos fortalecer nuestro sistema y contribuir a él debemos saber qué están votando los honorables, qué tanto me están representando, qué tanto me están acercando a mí a las decisiones, qué tanto están impactando a mis familias esas decisiones. El voto es un instrumento democrático del cual ud. dispone, es su responsabilidad hacer un buen uso de él.
Marco Luna Macalusso
Administrador Público – Licenciado en Ciencias Políticas y Administrativas